Érase una vez…

Parece que tengo que contar de donde vengo y a donde voy, quien fui y quien soy y dar forma a los supuestos de aquellos que vienen buscando saber de mí.

No sé cuando empezó todo. Igual fue cuando con 7 u 8 años empecé a ser la mejor amiga de un cuaderno de escritura y mi mundo interior era un universo en expansión sin límites. Mi yo de antaño nació y se crió entre sonidos de obturadores, instantes observados a contra luz en tiras infinitas de carrete, videotecas sublimes y fotografía argéntica que tejían historias en la empresa de mis padres. Aunque mi formación madre fue en cine, o en el ámbito audiovisual, estudié y me formé también en diversas ramas artísticas como la escritura y la fotografía de autor. Con el paso de los años mi carrera profesional también abrió puertas en la docencia, la comunicación y locución. Aunque ya hace mas de quince años que transito todo este vorágine de “quehaceres” sigo creciendo sin límites, absorbiendo, estudiando y transformando para sumar y aportar a este mundo tan fascinante como inquietante.

Soy de paseos intensos y sensibles al entorno con pausas que impregnan. Amo el silencio de la naturaleza, la quietud después de la tormenta y bailar descalza. Despistada pero despierta a las sutilezas. Me encanta redescubrir todo lo que mí SER ♡ observa y siente sacando una lectura con amplitud y belleza propia. Suelo dejar al azar la magia que percibo de cada momento y hacer lectura de ello siendo un folio en blanco y amo exprimir escenas de la vida buceando en un significado que vaya más allá de una observación superficial e instantánea. 

Mis proyectos son una extensión de una conciencia despierta, observadora y de percepción sensible a la vez que reflexiva e intuitiva. 

¿Y a esta loca le queda algún horizonte por explorar?

Solo sé que no sé nada y eso me encanta porque no dejo de crecer en el espeso bosque del no saber.